Abstracción de la violencia: En coma, de Juan David Restrepo

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Los contradictores de oficio que tienen el cine colombiano y sus recurrentes temáticas ven –aparentemente- una presa fácil con En coma (2011), una película donde de nuevo la violencia urbana, en todas sus ramificaciones, es la que define la vida y el destino de sus personajes protagónicos.

Sin embargo sería torpe descalificar este filme por evidenciar una realidad que el cine no se ha inventado, sino que solo documenta y refleja. Máxime, cuando estamos ante un largometraje arriesgado (quizá demasiado ambicioso y solemne para su propio bien) que está mostrando que Juan David Restrepo –en su triple condición de codirector, guionista y actor- tiene una concepción dramática y visual del cine que pone distancia entre este medio y las narraciones para la televisión. Esta no es una telenovela llevada a la pantalla grande, En coma tiene una gramática audiovisual pensada para cine y no teme ser exigente con el espectador, que va a asistir a un relato duro y sombrío, que por momentos tiene un tono de pesadilla gótica, llena de fieras nocturnas, lascivas y peligrosas. Además juega con el aspecto temporal, haciendo una narración discontinua, que busca y requiere de un público atento que complete los huecos de una historia que, incluso, cuenta con un “relator” omnisciente que va escribiendo –a manera de un diario, una novela o un guion- lo que va ocurriendo.

Como vemos, En coma no aspira al naturalismo. Lo suyo no es la descripción realista de la vida de un sicario en Medellín; aunque hay estereotipos y clichés de trazo grueso y situaciones esquemáticas que pensamos agotadas, se buscó una sublimación de la violencia para hacerla casi abstracta, un marco que circunscribiera una fatalista historia de amor entre dos seres que no pueden escapar, sencillamente porqué arrastran unos lastres tan pesados que terminarán por hundirlos. Omar (J.D. Restrepo) e Ilana (Liliana Vanegas) son una pareja definida por sus errores previos. Él termina preso, ella debe volver a la prostitución para conseguir el dinero que le permita ponerlo en libertad. La película es la descripción de su lucha por estar de nuevo juntos. Las adversidades que les aguardan parecen no tener fin.

En su afán de “poner toda la carne en el asador” en su primer largometraje y demostrar así que tiene oficio, Restrepo ha cometido excesos que, en el balance final, afectan a un filme que tiene propuestas interesantes y novedosas que mostrar, pero que a veces tartamudea al querer expresarlas todas al tiempo.

Publicado en el periódico El Tiempo (Bogotá, 12/05/11). Pág. 18
©Casa Editorial El Tiempo, 2011

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