The Master: El maestro es P.T. Anderson

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El estreno en nuestro país de The Master (2012) nos permite celebrar la obra de su creador, el guionista y director Paul Thomas Anderson, un realizador californiano de 42 años que desde 1996 ha construido una filmografía compuesta hasta ahora por seis largometrajes que -uno por uno- lo han ido convirtiendo en figura imprescindible del paisaje cinéfilo de este siglo.

Al que le quede duda de lo que representa ser un autor, en términos cinematográficos, que por favor se asome a sus filmes, que son muestras sólidas de su talento, su individualidad y su originalidad. A partir de varias influencias cinematográficas evidentes ha construido un cine que luce auténtico y nuevo, pero que se sabe beneficiario y a la vez deudor de raíces muy profundas provenientes de autores tan particulares y disimiles como Orson Welles, Robert Altman, Terrence Malick y Martin Scorsese.

Su universo como director se sirve del drama para acercarnos a una serie de personajes solitarios y misteriosos, con un gran equipaje emocional a cuestas, un pasado de difícil aceptación y un futuro donde el azar parece ser lo único confiable. Esos personajes por lo general están inmersos en relaciones definidas por el poder, sea porque ellos lo ejerzan o porqué sean subyugados y sometidos por alguien con más fuerza que ellos.

Para contarnos esto P.T. Anderson utiliza narraciones corales, de múltiples voces que parecen colisionar en una puesta en escena diseñada a propósito para ejecutar unos elaborados y largos planos secuencia que son su marca de fábrica. Toda esta armazón narrativa y formal requiere ser muy sólida para no venirse abajo, pero para sostenerla Anderson está convencido de las bondades de un grupo casi fijo de actores en los que confía, como Philip Seymour Hoffman, John C. Reilly, Philip Baker Hall y Luis Guzmán.

El resultado son piezas dramáticas solemnes y elegantes, donde hay espacio para el thriller (Hard Eight, 1996), el derrumbe de las utopías (Boogie Nights, 1997), el entrecruzamiento no tan casual de destinos (Magnolia, 1999), la redención afectiva (Embriagado de amor, 2002) y la lucha de voluntades (Petróleo sangriento, 2007). The Master es la constatación de su consistencia como autor. Es un relato de poder, de un hombre grandilocuente que requiere de un súbdito incondicional que le sirva de caja de resonancia, y que lo encuentra en un perturbado veterano de guerra que necesita algo –y alguien- en que creer. El cruce de sus caminos da sentido a este filme reflexivo y exigente.

Publicado en el periódico El Tiempo (Bogotá, 14/03/13). Pág. 20
©Casa Editorial El Tiempo, 2013

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