Orgullo y prejuicio: Filadelfia, de Jonathan Demme

Compartir:

Cuando se diluyen los créditos iniciales de Filadelfia (Philadelphia, 1993), de Jonathan Demme, ya Andrew Beckett, joven y brillante abogado homosexual, tiene Sida. Se nos ahorran explicaciones y justificaciones odiosas y innecesarias: esa pequeña pápula en su frente en un sarcoma de Kaposi y es solo el principio de su padecer. Pronto comprenderá que fuera de todos los quebrantos físicos también van a afectarle la indolencia y el desdén de los que creía sus amigos y superiores. La muerte social antecederá a la material.

Hacía ya mucho que Hollywood le debía una gran película al Sida. Parece difícil de creer, pero en un medio en el que aproximadamente un veinticinco por ciento de la población es homosexual (1), y donde las estrellas se desviven en obras de caridad y beneficencia para las víctimas de la enfermedad, se ha guardado un hermético silencio respecto al tema en lo que a los filmes se refiere y no porque los espectadores no quisieran ver una película sobre el tema sino más bien por una incomprensible falta de decisión de aquellos con el poder económico y técnico para realizarla.

Filadelfia (Philadelphia, 1993)

Filadelfia (Philadelphia, 1993)

Sin embargo ya ha habido acercamientos, como ocurrió con Juntos para siempre (Longtime Companion, 1989) de Norman René, o con el premiado documental Common Threads: Stories from the Quilt (1990), de Rob Epstein y Jeffrey Friedman, y desde hace algún tiempo se han visto filmes que muestran con seriedad estilos de vida sexual alternativos, tal como en Amor extraño (Torch Song Trilogy, 1988), de Paul Bogart, The Crying Game (1992), de Neil Jordan, o M Butterfly (1993), del canadiense David Cronenberg. Incluso el director mexicano Alfonso Cuarón realizó una comedia sobre el tema, la divertida Sólo con tu pareja (1991). Pero la entidad que se llevó a Rock Hudson, Brad Davis, Anthony Perkins y a Jim Henson, ente una larga lista (2), no había recibido antes un tratamiento cuidadoso como el que se despliega ante nosotros en Filadelfia.

Diario del año de la peste
Demme había dejado ver en El silencio de los inocentes (The Silence of the Lambs, 1991), una singular destreza para impactar al espectador sin ofrecer imágenes dantescas, siendo capaz de mostrar violencia sin caer en vulgaridades ni excesos explícitos.Tal cualidad se conserva en esta película: con una narración cronológica, a manera de diario, el director nos muestra la progresión lenta pero continua de la enfermedad. Tom Hanks –en la interpretación hasta ahora más lograda de su carrera- pasa de yuppie de éxito a un ser fantasmagórico y agonizante. Pero su actuación es mucho más que un buen maquillaje, pues se mete tanto en el papel que no solo parece tener Sida su cuerpo sino también su golpeado espíritu. Aunque hay momento de crudeza que pueden hacer tambalear al público sensible, la mirada de Demme es de un profundo respeto hacia el enfermo y hacía su estilo de vida.

Jonathan Demme y Tom Hanks durante el rodaje de Filadelfia (Philadelphia, 1993)

El Sida trajo consigo otra epidemia: la del rechazo homofóbico y discriminatorio ante el afectado que, cual paria, es evitado, relegado y olvidado, debido a una mezcla de miedo y profunda incomprensión que se siente frente a aquellos que lo sufren. Como avestruces con la cabeza enterrada nos negamos a admitir que el Sida está aquí, entre nosotros, tal como hacía Joe Miller (Denzel Washington), el abogado que decide defender a Beckett luego de que lo despiden de la poderosa firma de abogados de la cual formaba parte.

Washington, a no dudarlo uno de los actores claves de Hollywood en la actualidad, despliega sus dotes para realizar un rol que muestra dos estereotipos concretos: el del abogado populista que se especializa en demandas civiles poco claras y el del macho norteamericano homofóbico y con aversión irracional a cualquier acercamiento a alguien con la enfermedad. Y es este último punto en el que logra concretar las fobias del espectador común que se ve en él reflejado pero sin duda no justificado.

Filadelfia (Philadelphia, 1993)

Filadelfia (Philadelphia, 1993)

Aunque decide tomar el caso, lo hace más por ayudar a un colega que por una repentina toma de conciencia. Demme sabe que tal cosa solo ocurre con lentitud y así nos lo muestra, como el primer paso de un largo camino hacia la convivencia. Paso que debe partir también desde el mismo núcleo familiar que, a diferencia del que aquí vemos (liderado por una Joanne Woodward magnífica como la madre de Beckett), tienda a ser el primero que deja a la deriva al enfermo.

Perorata del apestado
Y después viene el juicio y la película se transforma en un cuadrilátero para las agudezas retóricas de los abogados. Y más que importar si era justo o no ser despedido, por padecer y haber ocultado la enfermedad, Filadelfia trata sobre la dignidad. Sí, sobre la dignidad de un ser humano a quien o se le tiene lástima por haber sido contagiado involuntariamente o se lleva al ostracismo por haber buscado el contagio con sus prácticas sexuales poco seguras. Lo que todos parecen olvidar es que el Sida nos atañe a todos, hetero u homosexuales, hombres, mujeres y niños.

21 de marzo de 1994, Tom Hanks gana el premio Oscar por su papel en Filadelfia (Philadelphia, 1993)

21 de marzo de 1994, Tom Hanks gana el premio Oscar por su papel en Filadelfia (Philadelphia, 1993)

Y mientras los días transcurren en los estrados, la vida se desmorona para Andrew Beckett, pero nunca peca el filme de sensiblero o amarillista. Es más, las escenas finales son de una especial delicadeza y sensibilidad evocando con nostalgia y alegría a aquel que ha partido.

En Filadelfia las conclusiones quedan en la cabeza de cada uno de nosotros. El filme no pontifica, nos abre vías para el diálogo y la reflexión. Seguramente vendrán más cintas sobre el tema, pero por el momento esta película es un faro brillando en medio de la oscuridad de nuestras dudas y cómplices silencios.

Referencias:
1. Premiere, vol 5 No. 6, febrero de 1992, pág. 79
2. Ibidem. En el artículo al que me refiero se hace una lista de 341 personas fallecidas de Sida entre 1984 y 1991, todas relacionadas con el mundo del cine y el espectáculo.

Publicado en la revista Kinetoscopio No. 25 (Medellín, mayo junio de 1994), págs. 102-104
©Centro Colombo Americano de Medellín, 1994

©Todos los textos de www.tiempodecine.co son de la autoría de Juan Carlos González A.

philadelphia-1993

Compartir: