Nuestra historia, nuestra mirada: Colección Cine Silente Colombiano

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La Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano lanzó este año una colección de 10 DVD que constituye un motivo de celebración. Se trata del fruto de la paciente labor de restauración y preservación de los primeros largometrajes que se hicieron en Colombia durante el período del cine mudo, de la mano de Arturo Acevedo y sus hijos (La tragedia del silencio, Bajo el cielo antioqueño) y de los hermanos Di Domenico (Aura o la violetas, Como los muertos, El amor, el deber y el crimen), amén de otras obras de artistas individuales (Madre, Alma provinciana, Manizales City, Garras de oro). Complementan y dan contexto a la colección algunos documentales y crónicas visuales contemporáneas sobre estos filmes, como En busca de María y Más allá de La tragedia del silencio.

Considero que se trata de una de las mejores noticias que hemos recibido los interesados en la historia del cine. Poder recuperar y disfrutar en formato digital nuestra memoria visual primera es un tesoro que tenemos que apreciar en toda su dimensión. Aquellos países para quienes el cine es más que una manifestación artística para convertirse en parte integral de su historia y su cultura, preservan y estudian sus primeras obras con profundo amor. Ya es hora que miremos hacia esos primeros pasos que dio el cine en Colombia, los conozcamos de cerca y aprendamos de ellos.

Veremos reflejada allí nuestra historia y nuestra propia mirada, registrada para la posteridad por un grupo pequeño de pioneros colombianos e italianos que vieron las posibilidades económicas y artísticas de un nuevo medio de comunicación y que se lanzaron a una aventura cuyos resultados pueden parecer ingenuos para el espectador de hoy, pero que tienen el valor incalculable de un documento histórico sobre la sociedad colombiana de las primeras décadas del siglo XX, mezcla de conservadurismo, nacionalismo y estrictas costumbres sociales. Los noticieros de la época registran discursos, paradas militares, funerales, fiestas religiosas, carnavales estudiantiles… momentos que el cine no se dejó arrebatar del olvido y que están aquí para nuestro estudio y regocijo.

Mención aparte merece la ignota Garras de oro, un filme dirigido por P.P. Jambrina y difundida muy brevemente en 1927 para luego esfumarse, al parecer por afectar la imagen y los intereses de los Estados Unidos (“Yanquilandia”, como se le llama en el filme). Realizado por Cali Films, se trata de una obra distinta a las de esta colección, con un sentido más elaborado de la dramaturgia y de la narración audiovisual, cercano al de las obras silentes norteamericanas. Verla es un deber cinéfilo.

Publicado en el periódico El Tiempo (15/10/09). Pág. 1-22
©Casa Editorial El Tiempo, 2009

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