Vivir en la sombra: Talentos ocultos, de Theodore Melfi

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Conocer el revés de la historia nos depara sorpresas. Siempre será bueno asomarse a los recuentos no oficiales y encontrar ahí injusticias, omisiones y errores por reparar. Talentos ocultos (Hidden Figures, 2016) cumple esas labores, al darnos a conocer el papel que desarrollaron tres mujeres afroamericanas que en los años sesenta trabajaron al interior del programa aeroespacial de la NASA, cumpliendo una labor tan vital como ignorada por una sociedad que no solo era segregacionista, sino además machista. Los obstáculos que ellas debieron superar fueron entonces mayores y así nos los describe este filme que intenta –al darles nombre y rostro- brindarles aunque sea tardíamente el reconocimiento público que se merecen Katherine Johnson, Dorothy Vaughan y Mary Jackson, tres mujeres a las que no les importó vivir en la sombra y que otros se ganaran los aplausos derivados de sus conocimientos.

Talentos ocultos (Hidden Figures, 2016)

En esa época los “computadores” eran aún seres humanos y ellas tenían ese rol. Aunque expertas en hacer cálculos matemáticos complejos, todas tenían ambiciones mayores que se estrellaban contra el color de su piel y su género. Esta biopic a tres bandas nos va ir contando cómo intentan lograr lo que sueñan, contando con su talento –ese sí imposible de ocultar- como herramienta fundamental para triunfar.

Basándose en el libro de Margot Lee Shetterly, Hidden Figures: The Story of the African-American Women Who Helped Win the Space Race, publicado en 2016, el director Theodore Melfi construye un filme que pretende ser un homenaje a su tesón y resiliencia. Quizá porque Katherine Johnson (interpretada en el filme por Taraji P. Henson) aún vive sea su historia la más extensamente desarrollada y quizá también por respeto a esta mujer -que es un símbolo vivo de resistencia- la película no se decide a ir más allá de lo convencional. Está hecha con una fórmula diseñada para agradar al público con su relato, pero nunca va más allá, se queda en la anécdota entre dramática, graciosa y romántica, y deja de lado las enormes tensiones sociales y políticas que se vivían en esos momentos y de las que esas mujeres eran víctimas directas.

Talentos ocultos (Hidden Figures, 2016)

Talentos ocultos mira de lejos y tangencialmente esa compleja situación, como si sublimándola fuera suficiente para que sintamos que no la pasaron por alto, pero el efecto que consigue es opuesto: parece una subestimación y una banalización de una realidad que estas mujeres y sus congéneres tuvieron que asumir con aplomo, dolor y la dignidad humillada. Algo similar a lo que ocurría con Historias cruzadas (The Help, 2011) y su simplificación de la lucha racial en la misma década. La presencia de Octavia Spencer, Kevin Costner y Kirsten Dunst en papeles protagónicos no compensa la falta de sustancia del filme de Melfi.

Para una inteligencia como la de Katherine Johnson, Dorothy Vaughan y Mary Jackson, una película tan condescendiente como esta es un flaco favor. Se merecían un relato más atrevido, más valiente, más arriesgado. Así como fueron sus vidas.

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