La maldad cotidiana: El clan, de Pablo Trapero
Como para demostrar que Elefante blanco (2012) fue apenas un accidente sin mayores consecuencias en su carrera, el director argentino Pablo Trapero corrobora sus dotes de narrador cinematográfico para sorprendernos con El clan (2015), un drama de intensa resonancia que tiene la particularidad de estar basado en hechos reales: es el relato de las andanzas del clan Puccio, que entre finales de la dictadura militar y la transición a la democracia argentina hicieron del secuestro con fines extorsivos un próspero negocio “familiar”, que floreció a la sombra de la complicidad de los militares.
La familia Puccio, compuesta por padre, madre, dos hijas y tres hijos vivía en el sector de San Isidro y no se distinguía en nada de las familias vecinas. Es más, el hijo mayor, Alex, era una estrella del rugby. Arquímedes, el patriarca, madrugaba a barrer la acera, los hijos menores se iban para el colegio, Alex partía a sus entrenamientos. Pero al interior de esa cotidianidad banal, se escondía una maquinaria criminal del que todos ellos –por acción u omisión– hacían parte.
Dado que los hechos son suficientemente conocidos en la Argentina, Pablo Trapero prefiere explorar la capacidad de mimetismo de todo el clan, capaz de hacer pasar inadvertido el horror que provocaban, mostrándonos el enorme grado de cinismo de Arquímedes y la aceptación tácita de su esposa y sus hijos. No hay introspección ni remordimiento alguno frente a lo que están haciendo, frente al dolor que están causando. Alex parece por momentos sentir ambivalencia frente a su accionar y aunque en ocasiones intenta reflexionar sobre lo que están haciendo, la capacidad de su padre (un enorme Guillermo Francella en el papel cumbre de su carrera) para despejar sus dudas es tan infinita como atemorizante.
Una ecléctica banda sonora trata de hacernos tomar distancia frente a lo que vemos pero no logra distraernos: Trapero nos mantiene siempre atentos, pese a que él mismo inserta a lo largo del metraje algunos fragmentos cronológicamente desordenados que nos hablan del desenlace que tuvo esta historia. Saber cómo terminaron las cosas es asunto noticioso, entender como una sociedad pudo engendrar algo así, a la vista de todos, es algo más complejo, algo que El clan, desde su vértigo, quiere ayudarnos a dilucidar.
Publicado en la columna Séptimo arte del periódico El Tiempo (Bogotá, 25/10/15), sección “debes hacer”, pág. 6
©Casa Editorial El Tiempo, 2015
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