Dos sobrevivientes: La vida ante sí, de Edoardo Ponti

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“Al salir, íbamos cogidos de la mano. A la señora Rosa le gusta que la vean acompañada. Cuando tiene que salir, pasa mucho rato arreglándose. Y es que como ha sido mujer todavía le queda algo. Se maquilla mucho, pero a su edad ya no sirve de nada querer disimular. Tiene cara de rana vieja y judía, con gafas y asma. Cuando sube la escalera con la compra, se para a cada momento y dice que cualquier día caerá muerta a mitad del camino, como si fuera tan importante acabar de subir los seis pisos”. Quien nos cuenta esto es Momo, el niño narrador y protagonista de la novela La vida ante sí (también conocida como La vida por delante), publicada por Émile Ajar en 1975 y con la que obtuvo el premio Goncourt en Francia. Ajar era el seudónimo del escritor, aventurero y cineasta Romain Gary, que ya antes había obtenido ese premio por Las raíces del cielo. El Goncourt solo se puede ganar una vez, pero el inefable Gary lo obtuvo dos veces.

La vida ante sí (2020)

La vida ante sí fue un tremendo éxito entre los lectores franceses y fue llevada rápidamente al cine en una adaptación escrita y dirigida por el egipcio Moshé Mizrahi, y que se conoció internacionalmente como Madame Rosa (1977). El filme, protagonizado por Simone Signoret, ganó el premio Óscar a mejor película extranjera. Ahora tenemos una nueva versión de esta historia, también protagonizada por una enorme actriz. La vida ante sí (La vita davanti a sé, 2020), de Edoardo Ponti, tiene como principal talismán la presencia protagónica de la madre del director, Sophia Loren. No es la primera vez que recurre a ella para su cine, ya había contado con su presencia en Between Strangers (2002) y en La voz humana (Voce umana, 2014). Ponti sabe que mientras la actriz conserve su lucidez y su vitalidad, podrá contar con ella y nosotros cono espectadores se lo agradeceremos. No siempre se ve en la pantalla a un mito vivo del cine. De ahí que no es posible juzgar su actuación aquí, ella es una leyenda que está por encima del bien y del mal. Verla actuando en su digna vejez es un regalo.

La vida ante sí (2020)

Encarnado en Sophia Loren uno puede ver el personaje de Madame Rosa –una antigua prostituta que en su vejez cuida, por un precio, los niños de prostitutas en actividad que los dejan bajo su cuidado- como una prolongación de la Filumena Marturano que ella interpretó en Matrimonio a la italiana (Matrimonio all’italiana, 1964), bajo la dirección de Vittorio De Sica. Sin embargo, nostalgia cinéfila aparte, Rosa es un personaje muy diferente, es una mujer con un pasado doloroso, una mujer literalmente marcada. Momo, el niño protagonista que ella cuida, es un musulmán de origen africano, parte de esa población inmigrante que recaló en Italia buscando una mejor vida y que ahora convive con los nativos, en una mezcla de no fácil aleación.

La vida ante sí (2020)

Momo (el asombroso Ibrahima Gueye) es un niño indómito, violento e impredecible. Ha tenido una vida carente de amor y no entiende que puede merecerlo. La película es el difícil encuentro entre él y Madame Rosa, y como ella va a intentar redimirlo de la única forma que sabe. Momo, por sus antecedentes, solo entenderá que algo así es posible si encuentra a alguien que haya sufrido tanto como él, a alguien que él también reconozca como víctima y por eso ante sus ojos se legitime. La premisa narrativa de La vida ante sí es bastante efectiva desde lo sentimental: es la salvación de un ser humano, seducido por la dignidad y la entereza de una sobreviviente. Sin embargo, el desarrollo del filme es predecible y convencional, como si Ponti se hubiera engolosinado en el atractivo de los personajes protagónicos y hubiera olvidado darles una genuina motivación, esa que –por ejemplo- necesita Momo para transformarse desde adentro y no solo desde afuera.

Edoardo Ponti y su madre, Sophia Loren, durante el rodaje.

Hizo falta un guion menos cómodo, más incisivo con los motivos de este niño y con la capacidad transformadora de Madame Rosa, un personaje que es patrimonio de la literatura y también del cine, y ahora más que nunca, al ser ya parte de la filmografía de una diva romana llamada Sophia Loren, que disfruta de nuestro cariño eterno.

©Todos los textos de www.tiempodecine.co son de la autoría de Juan Carlos González A.

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