Casi una historia de amor: Like Someone in Love, de Abbas Kiarostami

Un riesgo que sin duda corre Abbas Kiarostami al haber dejado –por lo menos en sus más reciente producciones- de rodar en Irán es que su cine, al internacionalizarse, pierda su esencia y se vuelva insípido, demasiado dependiente del gusto y el criterio de los productores y los financistas que respaldan esos proyectos en el exterior. Algo como lo que le ocurrió a Bernardo Bertolucci cuando se convirtió en una “superestrella” mediática que bien podía rodar indistintamente en Francia, China o los Estados Unidos. Su nombre respaldaba esas coproducciones pero, no nos engañemos, su cine se desdibujaba en cada movida geográfica.
Kiarostami sabe de ese riesgo que corre y por lo menos en Copia certificada (Copie conforme, 2010) y Like Someone in Love (2012) ha sabido mantener un firme control de la puesta en escena y de sus temas habituales que nos permite reconocer su firma como autor, así estos filmes estén ambientados uno en Italia y el otro en Japón. Hacer una película en Tokio e intentar capturar el complejo ritmo vital de sus habitantes no es nada sencillo, pero la experiencia de Kiarostami y su filmografía existencialista le permiten acercarse con confianza a estos difíciles terrenos.

Like Someone in Love (2012) de Abbas Kiarostami
Y lo logra. Like Someone in Love no está ambientada de Tokio por casualidad: la soledad de sus personajes y el absurdo de sus vidas requerían una metrópolis impersonal, hipertecnificada y autista como esta, donde sea posible que se crucen los caminos aparentemente paralelos de dos seres que no comparten sino carencias afectivas, como lo son Akiko (la joven actriz Rin Takanashi), una universitaria que se dedica en secreto a la prostitución de alto nivel, y Takashi (Tadashi Okuno) un veterano profesor universitario ya retirado, que se dedica a escribir y a traducir. El hombre requiere una noche los servicios de la mujer, ante todo para conseguir compañía y paliar un poco la soledad de la viudez, antes que satisfacer una menguada lujuria.

Like Someone in Love (2012) de Abbas Kiarostami
Akiko está renuente a cumplir la cita: al otro día tiene un examen en su universidad y además su abuela está de visita relámpago en la ciudad y repetidamente la ha llamado para que puedan verse antes de su partida. La abuela sospecha que quizá su nieta pueda estar en malos pasos y ella no va a dejarse ver: sería incapaz de mirar a los ojos a su anciana pariente y negarle que tiene una vida oculta. En el largo viaje hasta la residencia de Takashi vemos a la joven reflexionar, lamentar no poder verse con la abuela, y hasta somos capaces de sentir el hastío que le produce vivir con una existencia falsa, con una máscara a toda hora, mintiendo e inventando disculpas a su novio, engañándose a ella misma a cada momento.
Takashi no es un mal hombre, es un académico que vive aislado en su apartamento convertido en biblioteca y que ve en esta cita la oportunidad de tener una velada agradable con una mujer a la que previamente ha seleccionado bien: sabe de dónde proviene, sabe lo que estudia y a lo mejor logra anticipar lo que le guste comer, pues ha preparado una cena para la ocasión. Al fondo Ella Fitzgerald canta una versión de “Like Someone in Love” para matizar la atmosfera. Pero aunque Akiko es cordial y cálida con el anciano, ignora que su misión no es exactamente proveerle placer físico y rápidamente se desnuda en la cama invitándolo a hacer lo mismo. Las intenciones de cada uno eran diferentes y, frustrado, Takashi amanece en el sofá, sin haber podido cenar y departir con su acompañante. Esta secuencia es particularmente sutil y muy bien manejada por ambos actores, que transforman una situación tensa y hasta sórdida (una prostituta llega a cumplir su deber frente a un desconocido) en un elegante intercambio verbal y de lenguaje corporal.

Like Someone in Love (2012), de Abbas Kiarostami
Se forma un lazo tácito entre ellos, uno que -como siempre en Kiarostami- es bastante ambiguo y que terminará por complicarse aún más cuando se asuma por otros que ambos son abuelo y nieta. Takashi parece disfrutar del juego y de su nuevo rol, pero para Akiko es una mentira más, una que hace cada vez más frágil el andamiaje que sostiene una inmaculada mascarada que está a punto de derrumbarse. Ocurre. Estalla el drama. Y la película termina. Abruptamente. Como quién tira una piedra y sale corriendo sin saber donde cayó. Estamos acostumbrados a que el cine de Kiarostami no cierre en muchas ocasiones sus relatos, pero acá se antoja de veras una amputación, sobre todo porque una película tan sutilmente construida, tan cuidadosa en los detalles formales, tan precisa en el tono, en los gestos y en las miradas ameritaba un final que le hiciera justicia. Dirán algunos que ese es un final que –literalmente- rompe la fachada y desquebraja la red de mentiras que en la película tejieron Akiko y Takashi, pero eso es ser demasiado simbólico con un final que incluso se antoja precipitado y que a su vez termina lanzando al filme por un abismo de incomprensión, teorías y libres interpretaciones.

Like Someone in Love (2012), de Abbas Kiarostami
Pese a lo frustrante de la experiencia, creo que esta cinta tiene aspectos narrativos y formales muy logrados. En la escena inicial del filme en un bar, el jefe de Akiko, que es quien le organiza los encuentros clandestinos, sale a hablar por su teléfono móvil afuera del lugar luego de discutir con ella. La cámara está afuera de la pared de vidrio del bar y vemos el reflejo del hombre sobre la figura de Akiko, como cerniéndose sobre ella, señalando el poder y el control que tiene sobre la joven. También me parece indeleble en la memoria el viaje nocturno en taxi que ella realiza hacia el apartamento de Takashi, rodeada tanto de fulgurantes luces de neón como del remordimiento que le genera dejar plantada a su abuela. A Kiarostami le encanta que sus personajes viajen y reflexionen en un automóvil y volveremos a verla a ella un par de veces acompañada de Takashi viajando en el auto de él, a veces incómoda, siempre taciturna y ansiosa. Hay algo patético y hasta humorístico en la relación que se establece entre ambos y que muchas veces se traduce en silencios que una cámara fija nos muestra sin corte alguno, indicando el tiempo real en el que ocurren.
Like Someone in Love es una historia intimista de soledades que pesan, de mentiras que agobian, de secretos celosamente guardados. Es un trozo de vida contado con especial esmero, pero a la vez sometido a la visión caprichosa de su director que prefirió dejarnos en la oscuridad para que cada espectador ilumine como pueda esta historia, casi una historia de amor.
Publicado en la revista Kinetoscopio No. 105 (Vol. 24, 2014). Págs. 52-54
©Centro Colombo Americano de Medellín, 2014
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