¿Qué fue de Woody Allen?

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A propósito del lanzamiento en Cannes de Medianoche en París y del estreno en Colombia de Conocerás al hombre de tus sueños, su filme previo, es oportuno darle una mirada a la obra reciente de Woody Allen, tildada de otoñal e inferior a su producción previa.

En los últimos 11 años este director neoyorquino ha realizado 11 filmes, de los cuales sólo 4 se han exhibido comercialmente en nuestro país, lo cual habla de la poca confianza que su cine tiene entre nuestros distribuidores. Sin embargo en estos tiempos ya ningún cinéfilo se queda de brazos cruzados esperando a ver si por azar alguna de sus producciones llega a nuestras pantallas, de ahí que no vaya a referirme a películas desconocidas para la mayoría de sus fanáticos.

El siglo XXI ha visto como cada vez son menos las películas donde él aparece como actor –El beso del escorpión, Hollywood Ending, Anything Else y Scoop– o utilizando otro actor como sustituto suyo (Larry David en Whatever Works). Woody ha sido protagonista habitual de sus propias comedias, pero al girar hacia el drama ha reconocido que su limitado rango como actor no se acomoda bien a las mayores exigencias de ese tipo de filmes. Aclaro que su apetencia por el drama no es nueva: en 1974 en diálogo con Eric Lax afirmaba que “Estoy intentando no anticiparme a los deseos del público para evitar inclinarme por tramas fáciles y complacientes con la mayoría. Me he propuesto dar rienda suelta a mi gusto por el drama a ver que sale, y el instinto me dice que lo que debe salir es una historia real”.

Coincidiendo con su nueva vocación de cineasta nómada –con rodajes en Londres, Barcelona y París- sus dramas le han permitido ahondar en unas ideas recurrentes que ha ido volviendo más extremas: la codicia y su capacidad de corrupción en un mundo donde unos personajes fatalistas resienten la ausencia de Dios, y se sienten condenados de antemano por sus remordimientos, por una culpa que no saben manejar. En manos de un destino que desconocen, solo esperan que la suerte los libre de un castigo que saben justo. Títulos como Match Point, El sueño de Cassandra y Conocerás al hombre de tus sueños ejemplifican esos dramas morales donde Woody parece sentirse tan a gusto. Sin duda su mirada ha cambiado, se ha hecho más irónica y descarnada…

Eso sí, le queda imbatible su amor por la fantasía, por la ilusión y la magia. Es la otra vertiente de su cine, una más amable y escapista. Y todo indica que Medianoche en París sigue esa línea. ¡Hay Woody para rato!

Publicado en el periódico El Tiempo (Bogotá, 09/06/11). Pág.18
© Casa Editorial El Tiempo, 2011

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