De dioses y de ciertos hombres: Timbuktú, de Abderrahmane Sissako

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“Los pobladores de Timbuktú le han manifestado a la BBC que los miembros de Ansar Dine van puerta a puerta diciéndole a los residentes que ahora tienen que vivir bajo los principios de la ley islámica”, reportaba BBC News el 3 de abril de 2012 cuando el grupo radical islámico Anser Dine, junto a rebeldes Tuareg, ocuparon las ciudades de Gao, Kidal y Timbuktu, en el oriente de Mali, imponiendo a la fuerza su interpretación de la sharia, el estricto código de conducta musulmana. Diez meses después fueron derrotados por una coalición de tropas de Malí y Francia que tomaron de nuevo el control de las tres ciudades.

Este tipo de información, bastante simplista, es lo que habitualmente leemos sobre alzamientos rebeldes en África o en el medio Oriente, sin que tengamos la oportunidad de ir más allá de una escueta nota periodística. De ahí el mérito del director mauritano Abderrahmane Sissako, que ha logrado en Timbuktú (2014) que sintamos muy de cerca –sin una sola contextualización explicita del entorno político o histórico– lo que fue para los pobladores de esa ciudad vivir bajo la ocupación islámica esos meses. Y lo ha conseguido mediante un filme bello estéticamente y sutil en lo narrativo, pero no por eso carente de fuerza.

Timbuktú no tiene que recurrir a gestos dramáticos grandilocuentes para que veamos cómo, en nombre de la ortodoxia religiosa, se pierde un paraíso, se cercenan las libertades civiles y se destruye a una familia. Sissako le da visibilidad a un pueblo estoico que, tras agotar la resistencia pasiva, acepta resignado un destino impuesto por unos hombres que dicen representar a Alá pero que van fuertemente armados, como si sus motivos para instaurar la sharia fueran tan poco claros que requirieran de la persuasión que generan las balas.

Abderrahmane Sissako ha hecho una película valiente, que es denuncia pero no panfleto, que es llamado de alerta pero no grito histérico, que es recordatorio y no una amenaza. Timbuktú obtuvo el Premio del Jurado Ecuménico en Cannes el año anterior y el César a la mejor película francesa este año. Galardones apenas justos para una obra intachable, que es un elogio de la entereza humana frente a los radicalismos impuestos por los mensajeros de un ser supremo que nunca los habría elegido para difundir su palabra.

Publicado en la columna “Séptimo arte” del periódico El Tiempo (Bogotá, 26/04/15). Pág. 4, sección “Debes hacer”.
©Casa Editorial El Tiempo, 2015

Timbuktú (2014), de Abderrahmane Sissako

Timbuktú (2014), de Abderrahmane Sissako

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