La niña invisible: Incomprendida, de Asia Argento

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Incomprendida (Incompresa, 2014), una película de la realizadora, guionista y actriz italiana Asia Argento, se exhibe actualmente en la programación de las salas de distribución alterna y cine arte del país, con méritos suficientes para que no pase inadvertida. Se trata del tercer largometraje de Asia, a quien es fácil recordar por su carrera como actriz. Curiosamente uno de los papeles que hizo fue en María Antonieta (2006) de Sofia Coppola, alguien en cuya obra pensé al ver Incomprendida, no solo por su capacidad de retratar el mundo juvenil, sino además por una película específica, Somewhere (2010), donde apreciamos las vicisitudes de la hija de un actor de Hollywood.

Tanto Asia como Sofia son hijas de celebridades del cine y por eso se antoja algo natural que hicieran películas de índole personal, donde se vieran reflejadas sus poco usuales vivencias, obviamente sublimadas por un filtro artístico. Asia ha aseverado que Incomprendida no es una cinta autobiográfica y habrá que creerle. Aria es el nombre de la protagonista del filme (ese es realmente el nombre legal de la directora), una niña de 9 años que vive en la Roma de 1984. Es hija de una pianista suiza y de un actor italiano de cine, ambos con relaciones previas a cuestas, que conforman una familia disfuncional donde entre todos suman tres hijas, siendo Aria la menor y la única común a la explosiva pareja.

Giulia Salerno en Incomprendida (2014)

Giulia Salerno en Incomprendida (2014)

La película es el relato de una niña invisible para sus padres, que parecen ignorar su existencia, cuando no le están gritando y culpándola de sus desdichas. Aria (interpretada por una maravillosa Giulia Salerno) es una joven sensible, que intenta refugiarse en los últimos rezagos de su infancia y encontrar ahí consuelo. Pero no eso basta para su sed de cuidados. Aria gana un concurso a la mejor redacción del año de las escuelas de Roma y lee en público un texto que escribió en homenaje a Dac, su gato: “Cuando nadie advierte que necesito una caricia, él se da cuenta. Todas las caricias que no me hacen, se las hago a él”, pronuncia la joven, deseosa de que sus padres la escuchen.

Lo que tenemos acá es la anatomía de un desastre, la historia de un fracaso familiar pintado con una paleta de colores chillona. Representa los gritos de auxilio de Aria, que busca “un caramelo imaginario, como el amor”.

Publicado en la columna Séptimo arte del periódico El Tiempo (Bogotá, 27/03/16), sección “debes hacer”, pág. 5
©Casa Editorial El Tiempo, 2016

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