Zancadillas y artilugios: La favorita, de Yorgos Lanthimos

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La historia, la literatura, el teatro y el cine están llenos de relatos sobre trepadores sociales y de las estrategias que utilizan para conseguir sus fines, teniendo como objetivo a aquellos que tienen un poder que estos anhelan alcanzar. El cine tiene un clásico como Eva al desnudo (All About Eve, 1950), que resume de manera perfecta ese juego de manipulación y seducción implícito en el acto de complacer a alguien que nos interesa tener de nuestro lado, obteniendo así sus favores y quizá su puesto.

La favorita (The Favourite, 2018) se suma a esta tradición añadiendo nuevos condimentos a la receta básica, logrando un resultado jugoso. Ambientada en el siglo XVIII durante el reinado de Ana de Inglaterra, la película está basada en elementos históricos, pero también se concede la licencia de especular sobre un triangulo afectivo y las complicaciones derivadas de la ambición de dos mujeres que luchaban por alcanzar la confianza de la reina.

La favorita (The Favourite, 2018)

El director griego Yorgos Lanthimos –cómodamente instalado en la industria de Hollywood- está al comando de esta producción en la que no ha tenido toda la libertad que contaba en sus producciones europeas, pero no por ello deja de mostrar solidez en la dirección de las tres intérpretes principales, que brindan toda una lección de actuación. Olivia Colman, Emma Stone y Rachel Weisz sacan chispas en cada diálogo y en cada movimiento del ajedrez que parecen estar jugando con sus actos.

Las zancadillas arteras son el material entre sutil, sarcástico y vengativo que las dos cortesanas – Sarah Churchill, duquesa de Marlborough y su empobrecida prima Abigail Hill– utilizan para ganar cada una la atención de la reina, mientras arruinan la reputación de su contrincante. Lo que está en juego es incluso más que unos privilegios dentro de la corte, como constatarán quienes vean el filme.

La favorita (The Favourite, 2018)

El uso de lentes de gran angular y “ojo de pescado” más que un capricho formal (como muchos bien podrían interpretarlo) representan la distorsión del pensamiento de una reina frágil y voluble, una mujer confundida que ejerce un poder que parece fácilmente influenciable. Es un placer ver a Olivia Colman en este rol, el de una soberana que, pese a todo, no deja que olvidemos quien tiene la corona puesta al final.

Publicado en el periódico El Tiempo (Bogotá, 10/02/19) p. 3.8 con el título: “Zancadillas y artilugios”
©Casa Editorial El Tiempo, 2019

©Todos los textos de www.tiempodecine.co son de la autoría de Juan Carlos González A.

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