La habitación de al lado, de Pedro Almodóvar

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En una película de Pedro Almodóvar, una mujer se entera que una de sus amigas tiene cáncer. Va a visitarla al hospital, lleva flores consigo. La enferma se alegra de la visita y le confirma que ese cáncer que padece es terminal. Le pide a su amiga un favor, quizá el último. Quiere que le pregunte a la madre de la visitante que fue de la madre de la enferma, desaparecida hace tres años y medio. Antes de morirse, quiere saber si su madre está viva o muerta. El pedido se antoja sencillo: el problema para la visitante es que su madre lleva de muerta el mismo tiempo que la otra mujer lleva de desaparecida. La película de Almodóvar es Volver (2006).

La habitación de al lado (The Room Next Door, 2024)

Hay otra película de Almodóvar que tiene una escena similar: dos amigas se reencuentran en un hospital de Nueva York, una va de visita y la otra está hospitalizada: padece un cáncer que ya se ha extendido. La enferma también va a pedirle un favor, pero no lo hará estando en el hospital, sino cuando le hayan dado de alta, previo al reinicio de un ciclo de quimioterapia. Las amigas van a cine al Lincoln Center a ver una función de Te querré siempre (Viaggio in Italia, 1954), de Roberto Rossellini y antes de entrar, la enferma le lanza una petición: que la acompañe con su presencia en el buen morir, no quiere sufrir una inútil agonía y quiere poner fin a sus días. La película de Almodóvar es La habitación de al lado (The Room Next Door, 2024).

La habitación de al lado (The Room Next Door, 2024)

Te querré siempre es sobre el desmoronamiento afectivo de una pareja inglesa, Katherine y Alex, de viaje a Nápoles, y allá visitan ruinas arqueológicas en museos, osarios, catacumbas y momias en Pompeya, como un símbolo de la muerte de su relación. Al respecto de su filme, Rossellini afirmaba que “[Katherine] siempre está citando a un supuesto poeta que describe Italia como un país de muerte -Imagínate, ¡Italia un país de muerte! La muerte no existe aquí, porque es algo tan vivo que ponen guirnaldas en las cabezas de los muertos. Aquí las cosas tienen otro significado. Para ellos la muerte tiene un significado arqueológico, para nosotros es una realidad viva. Es otro tipo de civilización” (1). Para Rossellini, los italianos y el Almodóvar de Volver la muerte no es un hecho físico, es algo que parece compenetrarse con los vivos, cohabitar con ellos. Algo similar pasa con muchas culturas latinoamericanas. Pero para el Almodóvar de La habitación de al lado la muerte es un proceso escueto: irse para siempre, dejar de sufrir. Sus protagonistas, Ingrid y Martha, son dos intelectuales anglosajonas, impermeables a lo espiritual, a lo religioso, a cualquier alegoría que le añada a la muerte otra dimensión. “Es otro tipo de civilización”, tal como afirmó Rossellini.        

La habitación de al lado (The Room Next Door, 2024)

Para los habituales al cine de Almodóvar La habitación de al lado, su primera película en inglés, rodada parcialmente en Estados Unidos y con un reparto encabezado por Tilda Swinton, Julianne Moore y  John Turturro, puede parecer fría, y no tan “almodovariana” como los tiene acostumbrados, pero debemos recordar que el guion está basado en una novela de una autora estadounidense -“Cuál es tu tormento”, de Sigrid Nunez- y que refleja por ello la idiosincrasia de unas protagonistas que tienen unos sentimientos más contenidos que los de los hispanoamericanos. No podemos pretender que Almodóvar traslade el color local español a una película sobre dos amigas norteamericanas, Ingrid (Julianne Moore) y Martha (Tilda Swinton), que son profesionales de la escritura y cuyo nivel cultural y social es el de alguien privilegiado, que al ver caer los primeros copos de nieve es capaz de citar el final de Los muertos de James Joyce, “Su alma caía lenta en la duermevela al oír caer la nieve leve sobre el universo y caer leve la nieve, como el descenso de su último ocaso, sobre todos los vivos y sobre los muertos.” No se vería natural, sería algo absolutamente forzado hacer de ellas parte de la tipología española de sus demás filmes. Sin embargo, eso no las hace ajenas al universo femenino de Almodóvar.

La habitación de al lado (The Room Next Door, 2024)

Dadas las particularidades sociales y culturales de Ingrid y Martha, Almodovár debe hacer unos ajustes a su discurso narrativo: en vez del melodrama laberintico -pero estructurado con la maestría que le conocemos, ese donde al final todo encaja- en La habitación de al lado el director recurre a un drama seco con tintes éticos (la eutanasia solo está aprobada en diez estados de Estados Unidos), donde prevalece la solidaridad y la amistad por encima de las creencias y miedos de los personajes. Ingrid teme a la muerte, pero no va a abandonar a Martha en sus últimos momentos, no va a dejar que se vaya sola. En la pureza de la relación entre ambas, la calidez de sus diálogos y la sinceridad de sus sentimientos uno ve esa sororidad que Almodóvar ha exhibido en su filmografía con tan hermosa propiedad. Yo sé que el espectador echa de menos el sentimentalismo y la emoción que ha visto en otras de sus películas, pero el director no puede traicionar el ser, la manera de sentir de sus protagonistas estadounidenses.  

La habitación de al lado (The Room Next Door, 2024)

Hay en la película un personaje que permanece ausente casi todo el metraje: es Michelle, la hija de Martha, alejada de ella hace años. Cuando Martha le cuenta de sus intenciones, ella es la que le responde “es tu elección”. No parece haberle perdonado haber crecido sin un padre, un hombre que abandonó a Martha y que murió después trágicamente. “Odiaba ser hija de madre soltera: mientras crecía, era la única así entre sus amigas. Nunca pudo librarse de sus sentimientos de vergüenza por no tener padre. Así de duradera era su hostilidad hacia cualquiera que saliese con su madre. Aunque nunca se casó, mi amiga tuvo romances con varios hombres mientras la hija se hacía mayor, y con cada uno de ellos la chica se portaba tan bruscamente como podía. No sería injusto decir que ahuyentó a algunos”, escribe Sigrid Nunez en “Cuál es tu tormento”. La relación, muchas veces imperfecta, entre madre e hija es central en el corpus dramático habitual de Almodóvar –véase la resolución fervorosa de Volver– y acá también la usa el director, pero de nuevo sin traicionar la esencia de sus personajes. No hay acá redenciones ni epifanías póstumas, hay paz, reflexión, quietud, primeros copos de nieve que caen sobre vivos y muertos.    

Almodovár repasa el guion junto a sus dos protagonistas

¿Se ha traicionado Almodóvar? No. Esta depuración de su estilo es ante todo una evolución, reflejo a su vez de su madurez artística. Filmando en inglés, a partir de una fuente novelística estadounidense y con un reparto de estrellas de Hollywood, lo que ha hecho es retarse. Demostrarse que podía adaptarse a un tipo de dramas que no eran exactamente su especialidad, sin por ello perder su norte autoral.  Al abandonar su zona de confort lo que ha primado es la sobriedad, lo que ha florecido es un humanismo compasivo.   

Citas:

1.  Adriano Aprà, Maurizio Ponzi, “An Interview with Roberto Rossellini”, 1973, Screen, Volume 14, No. 4, p. 113

©Todos los textos de www.tiempodecine.co son de la autoría de Juan Carlos González A.        

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