Los sospechosos de siempre: Los 8 más odiados, de Quentin Tarantino

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El octavo largometraje de Quentin Tarantino, Los 8 más odiados (The Hateful Eight, 2015), por poco se queda en el papel, luego del escándalo que generó el hecho que en enero de 2014 se filtrara en internet un borrador del guion. Tarantino en ese entonces aseguró que cancelaria la película, pero por fortuna cambió de idea.

Como en Django sin cadenas (2013), ha recurrido de nuevo al western como punto de partida para un relato que exhibe todas las particularidades que caracterizan su estilo y que su público le demanda: hiperviolencia, verborrea, humor muy negro, cinefilia y una excelente banda sonora a cargo del maestro Ennio Morricone. Esos elementos están en Los 8 más odiados inmersos en un elegante diseño de producción que reprodujo la época posterior a la Guerra de Secesión en medio de un fuerte invierno. Rodada bajo la guía del maestro Robert Richardson en 70mm, fue estrenada en Estados Unidos tanto en una versión especial (roadshow) con obertura, intermedio y todo un ceremonial, como en una edición digital más breve -167 minutos- que es la que llegó a nosotros.

Los 8 más odiados (The Hateful Eight, 2015)

Pese a que empieza a campo abierto con unos gloriosos planos generales, el filme rápidamente se encierra en un hostal de paso–la Mercería de Minnie– que es el sitio donde van a confluir, gracias a una intensa ventisca, los “sospechosos de siempre”, un grupo donde hay dos cazarrecompensas, el nuevo sheriff de un pueblo, una prisionera que va rumbo a la horca, el verdugo oficial, un anciano oficial confederado, un vaquero que va a visitar a su madre y un mexicano a cargo de la mercería. La tolerancia y la hospitalidad fueron alojadas en el establo junto a los caballos: lo que queda es un “salvase quien pueda” entre desconfianza mutua y sospechas crecientes, ajustes de cuentas, provocaciones y una sensación claustrofóbica que va en aumento a medida que pasan los minutos y se revelan las verdaderas intenciones de los ahí convocados.

Los 8 más odiados (The Hateful Eight, 2015)

Pese a que Tarantino consigue escapar a las limitaciones de un espacio cerrado, en el centro de Los 8 más odiados yace un planteamiento teatral basado en descubrir quién es el culpable, el traidor o el que está disfrazado con piel de oveja, hermanando a esta cinta con Perros de reserva (Reservoir Dogs, 1992). Al final quedamos bastante ensangrentados e impactados. O sea que Tarantino cumplió su propósito.

Publicado en la columna Séptimo arte del periódico El Tiempo (Bogotá, 31/01/16), sección “debes hacer”, pág. 5
©Casa Editorial El Tiempo, 2016

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