La niña y el cerdo: Okja, de Bong Joon Ho
Que una película empiece su andadura rodeada por la polémica puede generar sobre ella expectativas no siempre fáciles de satisfacer. El estreno de Okja (2017) en Cannes se vio afectado por el conflicto entre el Festival y Netflix, la compañía que la produjo, al negarse esta última a estrenarla fuera de sus plataformas de emisión online y por ello hacer que la organización del Festival impusiera la norma de exigir para 2018 que las películas en competencia tengan obligatoria distribución en los cines franceses.
Esto, sumado a las declaraciones del presidente del jurado, Pedro Almodóvar, defendiendo la exhibición del cine en los teatros, hizo que el estreno de Okja estuviera antecedido de enorme curiosidad. Sin embargo la película del coreano Bong Joon Ho no tiene cómo generar per se polémica alguna, pues es una sátira obvia y poco creativa que apunta a burlarse de las ambiciones del mundo corporativo, encarnado en una compañía trasnacional de productos cárnicos que supuestamente ha encontrado un súper cerdo (una mezcla de hipopótamo y cerdo) capaz de suplir las apremiantes necesidades nutricionales de la población mundial. Reproduce 26 de ellos y los entrega a granjeros de igual número de países donde la empresa tiene subsidiarias para que los críen durante diez años. Pasado ese tiempo se premiará al granjero que haya criado el cerdo más saludable en un programa especial con el veterinario más famoso de la televisión, el doctor Johnny Wilcox.
Pasa una década y conocemos a Okja, la cerda que ha criado Mija y su abuelo entre las montañas de Corea. Es una bestia de tamaño enorme y aspecto atemorizador, pero tierna con sus amos. Su destino ya está fijado: hacer parte del show con el Dr Wilcox, ganar el concurso y convertirse en jamón. La corajuda Mija hará todo para impedirlo. ¿Suena conocido? Dalton Trumbo escribió un guion parecido hace unos años, pero no era un cerdo sino un toro de lidia. Se llamaba El niño y el toro (The Brave One, 1956) y le dio un premio Oscar que no pudo ir a recibir, pues estaba en la lista negra macartista. Sumémosle elementos de King Kong (1933) y de Mi amigo el dragón (Pete’s Dragon, 2016) y tendremos listos los orígenes de Okja. También sabremos que va a pasar.
Okja es una película familiar (aunque atención a unas secuencias particularmente violentas y crudas) llena de caricaturas unidimensionales, situaciones risibles y caóticas, y un obligatorio final feliz que apuesta al futuro. Los mensajes sobre el riesgo de la manipulación genética de los alimentos para consumo humano, y de protección de los animales son subrayados, pero le caen bien a las conciencias de los creadores de un filme hecho como para ver en televisión.