Las lágrimas de Ángela: Niña errante, de Rubén Mendoza

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Ángela llora sentada a la entrada de su casa. Llora profusamente y no sabemos si lo hace por su pasado y sus pérdidas, por su presente de adolescente o por su futuro que no es para nada diáfano. Quizá llore por todos esos motivos, que constituyen el arco de su vida. Ignoramos el porqué de sus lágrimas, solo tenemos claro su desamparo y lo justificada que está su tristeza. Ángela ha sido una víctima inocente de las circunstancias que la trajeron a este mundo y es su historia la que Rubén Mendoza, como guionista y director, consigna en Niña errante (2019), una película que está llena de ritos de paso, de simbolismos respecto a lo que representa pasar de niña a adolescente en medio de crisis personales y familiares que Ángela debe asumir.

Dos tipos de filmes bastante socorridos se conjugan acá: el de coming of age (el crecimiento físico y emocional del personaje) y la road movie (película de carretera), y con esa mezcla Mendoza se lleva a Ángela de la casa paterna vacía a recorrer las carreteras de Colombia junto a sus tres hermanastras, todas ya mujeres mayores que ella y con las que no había tenido contacto previo. El esquema de descubrimiento progresivo de sus familiares es el mismo que empleó Hirokazu Kore-eda en Nuestra hermana pequeña (Umimachi Diary, 2015): hay un énfasis similar en el lazo que se forma alrededor de la más frágil, en la solidaridad, en esa “sororidad” que los hombres envidiamos.

Niña errante (2019)

Mendoza nos contó en Tierra en la lengua (2014) de un patriarca en el otoño. Era una figura masculina arcaica en su machismo, pero que bien pudiera haber sido el abuelo paterno de las cuatro hermanastras de Niña errante. Quiero suponer que él le enseñó a su hijo a eludir lo que implica ser verdaderamente un padre: por esto en este filme no hay una figura masculina presente, sino una ausencia elocuente que -si bien las convoca como familia- también les duele y las agita.

No pienso que Niña errante sea una película que abuse de la figura femenina. Ángela tiene curiosidad por el cuerpo de sus hermanas, por el misterio que implica volverse mujer y eso nos muestra esta película que tiene su mirada: entre ingenua, sorprendida y anegada de lágrimas.

Publicado en el periódico El Tiempo (Bogotá, 07/04/19) p. 3.10
©Casa Editorial El Tiempo, 2019

©Todos los textos de www.tiempodecine.co son de la autoría de Juan Carlos González A.

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