Señales particulares: Vivir su vida, de Jean-Luc Godard

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“Una de las obras de arte más extraordinarias, hermosas y originales que conozco”
– Susan Sontag

Dos o tres cosas que sé de Nana
Nana Kleinfrankenheim, nacida el 15 de abril de 1940 en Flexburg, Moselle. 22 años, 1.69 mts de estatura, cabello corto (pero le crece rápido), se considera bonita. Fuma cigarrillos Gitanes. Tiene cinco hermanos y tres hermanas. Tuvo un hijo con Paul, un hombre al que abandonó para irse a París a probar fortuna. El niño se quedó en la casa paterna. Nana trabaja en Pathé Marconi vendiendo discos, pero sus aspiraciones son hacer teatro y cine. Ya hace un par de años estuvo en la obra “Pacífico” en el teatro Châtelet y fue parte del reparto de la película “No hay piedad” (Y a pas d´pitié), junto a Eddie Constantine.

Vivir su vida (Vivre sa vie: Film en douze tableaux, 1962)

Ahora está pendiente de hacer unas fotos para un portafolio y así tener la oportunidad de actuar de nuevo en una película. Le aburre ir a museos a ver cuadros y llora viendo La pasión de Juana de Arco, de Dreyer. Nana considera que uno es responsable de todo lo que hace. También cree que a veces uno debería vivir en silencio, que sería agradable vivir callados. Por no poder pagar el arriendo se quedó sin domicilio en París, le adeudan 2.000 francos e incluso la denuncian por sospecha de robo. Decide dedicarse a la prostitución, inicialmente por su propia cuenta y luego con un proxeneta, Raoul.

Nana es la protagonista de Vivir su vida (Vivre sa vie: Film en douze tableaux, 1962) y todo lo que he escrito sobre ella está contenido en los doce segmentos en los Jean-Luc Godard dividió el filme.

Tomar las piedras y ponerlas una al lado de otra
El modo en que se cuenta una película dice mucho de las intenciones de su creador. Godard dividió la película en doce segmentos discretos, pero cronológicamente ordenados. El espíritu oficiante para esa división fue Bertolt Brecht y La ópera de los tres centavos. El número de Cahiers du cinéma de diciembre de 1960 fue dedicado a Brecht “en abierto reconocimiento a las potenciales aplicaciones cinematográficas de sus ideas” (1) y es evidente que Godard vio en su teatro una herramienta válida para hacernos conscientes del artificio narrativo del cine: cada segmento de Vivir su vida abre con un sumario breve de lo que veremos; en dos ocasiones Nana (interpretada por Anna Karina) mira directamente a la cámara, la banda sonora de Michel Legrand aparece o desaparece caprichosamente; incluso uno de los segmentos tiene subtítulos en vez de diálogo. Sin embargo, otras influencias directas del teatro de Brecht fueron suprimidas, incluyendo el estilo expresionista de la actuación y un decimotercer segmento que mostraba la “afirmación social” de la protagonista, según los postulados de ese dramaturgo alemán. Lo que quedó fue la anatomía, diseccionada, del alma de una mujer.

Vivir su vida (Vivre sa vie: Film en douze tableaux, 1962)

Godard rodó esta película durante cuatro semanas con equipos profesionales muy pesados, y para evitar perder el tiempo reorganizado las luces y el sonido en cada toma, optó por filmar en escenarios naturales y en tomas largas muy elaboradas en las que la cámara se desplazaba haciendo travellings o se movía horizontalmente de un lado a otro. La colaboración con el cinematografista Raoul Coutard fue acá crucial para lograr este resultado. En entrevista para Cahiers du cinéma publicada en diciembre de 1962, Godard afirmaba a propósito que, “Esta manera de obtener los planos hace que no haya montaje; basta con ponerlos uno después de otro. Lo que el equipo técnico vio en las pruebas fue más o menos lo mismo que vio el público. Es más, yo había filmado las escenas en su orden. Así pues, tampoco hubo mezclado. El film está constituido por una serie de bloques. Basta con tomar las piedras y ponerlas una al lado de otra. Lo importante es saber tomar desde un comienzo las piedras buenas. El ideal para mí es obtener de inmediato el resultado final, sin necesidad de retoques. Si éstos hacen falta, es un fracaso. «De inmediato» es el azar. Y, a la vez, lo definitivo” (2). Hay que anotar que el sonido se grabó en directo, captando no solo diálogos, sino además todo el ruido ambiente aledaño. Incluso la canción que oímos de una rocola y que Nana baila, tiene el sonido original que salió de ese aparato. No hubo acá proceso alguno de postsincronización sonora.

El cuento de la gallina
En el primer segmento de Vivir su vida, Nana se ve con Paul, su marido, en un café. Al final de su encuentro, Paul le cuenta que una alumna de su padre, una niña de ocho años, describió así en una tarea a su animal favorito: “La gallina es un animal que se compone del exterior y del interior. Si se quita el exterior queda el interior y cuando se quita el interior se ve el alma”. Esa es la motivación de este filme, esas son las intenciones de Godard. Ya lo decía él mismo en Télérama en 1962: “En Vivir su vida he intentado filmar una mente en acción, el interior de alguien visto desde afuera” (3).

Vivir su vida (Vivre sa vie: Film en douze tableaux, 1962)

Para lograr este propósito, Godard se decanta por el retrato. “Yo estaba pensando, de alguna forma, como un pintor, confrontando mis personajes de frente como en las pinturas de Matisse o Braque, por eso la cámara está siempre recta” (4), señalaba Godard en entrevista con Tom Milne. No por nada el filme está dividido en doce “tableaux” (cuadros) y en ellos va aparecer la cabeza de Nana de frente, de perfil y por detrás, expuesta por completo ante nosotros. Godard quería hacer florecer la carrera de Anna Karina –con quien estaba casado desde 1961- y en esta, que iba a ser su tercera película juntos, aspiraba a que el público reconociera sus dotes como actriz dramática.

Vivir su vida (Vivre sa vie: Film en douze tableaux, 1962)

La película es –que nadie lo dude- una declaración de amor, incluso metacinematográfica. En uno de los segmentos finales del filme Nana se ha enamorado de un joven. Están juntos en una habitación y él le lee a ella un fragmento de “El retrato oval” de Edgar Allan Poe en traducción de Charles Baudelaire. Pero no es la voz del actor Peter Kassowitz la que oímos: es la voz del propio Jean-Luc Godard que en un momento le dice a Nana/Anna: “Esta es nuestra historia: un artista pintando el retrato de su esposa”. Y eso hace todo el filme: rendirle un homenaje a la mujer que ama, mostrándonos su alma a través de ese rostro hermoso, casi siempre triste y grave, pero dotado de inusitada sensibilidad y una profunda sed de afecto. Para una película sobre una mujer que oficia como prostituta, Godard decide enseñarnos exclusivamente la desnudez de su rostro.

Nana llora en un cine
Si Brecht fue el modelo formal para Vivir su vida, Dreyer y La pasión de Juana de Arco (La passion de Jeanne d’Arc, 1928) fueron los artífices del retrato que Godard pretendía hacerle a Nana/Anna. Esos primeros planos de Maria Falconetti llenando por completo la pantalla fueron su punto de partida visual, una referencia que él mismo hizo pública cuando Nana (que es un anagrama de Anna), llora en un cine viendo precisamente La pasión de Juana de Arco. Una actriz danesa viviendo en Francia como Anna Karina, viendo una película danesa sobre un personaje francés. Una actriz viendo a otra actriz interpretando a una mártir. Y llorando conmovida, transfigurada casi.

Vivir su vida (Vivre sa vie: Film en douze tableaux, 1962)

Un momento sublime e irrepetible, captado con especial sensibilidad en medio de un filme que da la impresión de haber sido cuidadosamente planificado, por lo menos en la manera en que se encuadra el rostro de Nana: de frente, ambos perfiles, la nuca con ese corte de pelo a lo Louise Brooks. Un rostro enfocado tan de cerca no tiene donde ocultar nada, no tiene más remedio que expresar lo que tiene por dentro, y eso era exactamente lo que Godard quería. “Anna, que está presente en el sesenta por ciento de la película, se sentía un poco incómoda, ya que nunca sabía por adelantado lo que tendría que hacer. Pero era tan sincera en su voluntad de actuar que, finalmente, es esa sinceridad la que acabó actuando. Por mi parte, sin saber exactamente lo que yo iba a hacer, era tan sincero en mi deseo de hacer la película que, ella y yo juntos, acabamos lográndolo” (5), declaraba Godard en la mencionada entrevista con Cahiers du cinéma.

Truffaut: alfa y omega
Godard reconocía que la semilla para Vivir su vida había sido una idea de Truffaut: contar la historia “de una joven que para redondear su salario mensual se dedica a la prostitución” (6). A partir de esa premisa básica se desarrolló el filme tal como lo conocemos, en el que Godard –para efectos de verosimilitud- introdujo información sacada del estudio La prostitución, publicado por el juez Marcel Sacotte en 1959.

Vivir su vida (Vivre sa vie: Film en douze tableaux, 1962)

En el segmento final del filme se ve en un cine que están exhibiendo Jules y Jim, estrenada por Truffaut el 23 de enero de 1962 y que seguía con éxito en cartelera cuando se rodó Vivir su vida. Y fue el mismo Truffaut quien dio el veredicto más certero sobre la historia de Nana: “Hay películas que uno puede admirar pero que no te invitan a seguirlas… ¿para qué perseguirlas? Esos no son los mejores filmes. Los mejores filmes abren puertas, apoyan nuestra impresión de que el cine empieza y empieza de nuevo con ellos. Vivir su vida es uno de esos” (7).

Referencias:
1. Richard Brody, Everything is cinema, the working life of Jean-Luc Godard, Nueva York, Metropolitan Books, 2008, p. 132
2. Entrevista a Jean-Luc Godard, Cahiers du Cinêma, n.° 138, diciembre de 1962, Editado en el libro “Jean-Luc Godard por Jean-Luc Godard”, Barral editores, 1971.
Disponible online en: http://ciclodecineelespejo.blogspot.com/2010/06/jean-luc-godard.html
3. Roland-François Lack, Vivre sa vie: An Introduction and A to Z, Senses of Cinema, agosto, 2008.
Disponible online en: http://sensesofcinema.com/2008/before-the-revolution/vivre-sa-vie-a-to-z/
4. Tom Milne, Jean-Luc Godard and Vivra sa vie, En: David Sterritt (Ed), Jean-Luc Godard Interviews, Jackson, University Press of Mississippi, 1998, p. 6
5. Entrevista a Jean-Luc Godard, Op Cit.
6. Richard Brody, Op Cit., 127
7. François Truffaut, The films in my life, New York, Da Capo Press, 1994, p. 319

©Todos los textos de www.tiempodecine.co son de la autoría de Juan Carlos González A.

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