Todas las cosas deben terminar: The Beatles: Get Back, de Peter Jackson

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“In their hour of darkness, how did they come together to create music that has always given people hope, in times of trouble?
-Rob Sheffield

Las “Get Back sessions” de los Beatles, que tuvieron lugar en enero de 1969, se deben en parte a lo que ocurrió el 8 de septiembre de 1968, cuando en el programa de televisión de la BBC, “Frost On Saturday”, se presentó el video promocional de Hey Jude, grabado previamente en los estudios de cine de Twickenham y que fue dirigido por Michael Lindsay-Hogg. Para ese video clip se contó con una orquesta de 36 músicos y con 300 extras de todas las edades, que en la parte final de la canción irrumpen (milagrosamente sin desbordarse) y rodean a la banda, dándoles un acompañamiento del que carecían desde que en 1966, después del lanzamiento de su álbum Revolver, decidieran no volver a tocar en vivo.

The Beatles: Get Back (2021)

Esa experiencia les gustó y les animó a intentar hacer un álbum a partir de dos conciertos en vivo, tocando catorce canciones nuevas, y además a hacer un especial de televisión que incluyera no solo parte de los conciertos, sino también los ensayos en estudio, que iban a registrarse en celuloide para la ocasión. Para eso contaron de nuevo con Michael Lindsay-Hogg y terminaron rodando inicialmente en los mismos estudios de Twickenham. El jueves 2 de enero de 1969 fue la primera de las jornadas de grabación: se pretendía que los dos conciertos tuvieran lugar el 19 y el 20 de enero.

The Beatles: Get Back (2021)

La historia de lo que ocurrió hace parte de la mitología de la banda: se rodaron más de 60 horas de material fílmico y 200 horas de cintas de audio, decepcionados de la acústica de Twickenham se movieron a un estudio que organizaron en Apple –su propia compañía musical, los conciertos en vivo se fueron aplazando hasta cancelarse, y el jueves 30 de enero tocaron, sin previo aviso, en el techo del edificio de Apple algunas de las canciones nuevas, hasta que la policía llegó y les obligó a suspender el show. Fue la última vez que se presentaron como grupo ante un público, que por cierto se componía de los ocupantes de los edificios circundantes que también se subieron a los tejados, pues desde el suelo no se veía a los músicos, solo se les escuchaba tocar. Entre el caos urbano que se armó y la mezcla de sorpresa y alegría de los transeúntes se despedía una banda que ya estaba irremediablemente fracturada.

The Beatles: Get Back (2021)

¿Qué quedaba para ellos? Firmar contrato con un nuevo manager, Allen Klein, grabar en estudio el álbum Abbey Road… y contratar al productor neoyorquino Phil Spector para hacer algo con las “Get Back sessions”. Y eso hizo: transformó y mezcló a su estilo las grabaciones, y las convirtió en el álbum Let It Be, el duodécimo y él último de The Beatles, lanzado en mayo de 1970, días después de la noticia de la separación definitiva del grupo. Con el material fílmico que había rodado Michael Lindsay-Hogg se hizo la película Let It Be, estrenada el mismo mes con muy poco éxito. Los ex integrantes de la banda no asistieron ni a la premiere Londinense ni a recibir el premio Óscar a la mejor banda sonora original que la cinta ganó en Hollywood el año siguiente. All things must pass

The Beatles: Get Back (2021)

El montaje que Tony Lenny hizo de las “Get Back sessions” para hacer la película Let It Be redujo a 81 minutos lo que fueron 21 días de ensayos. Las cintas sonoras han circulado de manera pirata durante décadas, pero las 60 horas de filme permanecieron archivadas hasta que fueron entregadas al director Peter Jackson para que les diera una nueva vida. Esa vida es la miniserie de tres capítulos llamada The Beatles: Get Back (2021) y que en total tiene una extensión de 7 horas y 48 minutos. Las imágenes, preciosamente restauradas, nos llenan de asombro: estamos asistiendo a algo privado, a una vivencia a la que no sospechábamos que tendríamos acceso jamás. Una cosa es ver el video de un concierto o de una canción de The Beatles –su imagen pública- y otra muy diferente es verlos como un grupo de amigos y colegas reunidos con sus instrumentos, dedicados a componer y a crear.

The Beatles: Get Back (2021)

Ver a Paul McCartney llegar una mañana con el riff que es la semilla de la que va germinar la canción Get Back, y como mientras la toca frente a Ringo Starr y George Harrison lo va puliendo y añadiendo la letra, mientras ellos dos deciden sentarse frente a sus instrumentos y acompañarlo en ese momento de inspiración, es algo impagable. Lo mismo ocurre con John Lennon y Don´t Let Me Down, con Ringo Starr y Octopus’ Garden o con George Harrison y su I Me Mine. Es el instante mismo e inverosímil de la creación. Es magia pura. Obviamente estas canciones requieren constantes retoques y una evolución que implica repetirlas una y otra vez hasta pulirlas y dejarlas como ellos deseaban, y todo eso también vamos a verlo, como para que seamos conscientes del esfuerzo y el talento que eso implicaba.

The Beatles: Get Back (2021)

También este documental nos permite ver la personalidad de cada uno: admirar el liderazgo artístico de Paul McCartney, devenido en polo a tierra, ver la desfachatez y el desenfado permanentes de John Lennon, el descontento callado de George Harrison y la frescura alegre de Ringo Starr. Eran muy diferentes y al complementarse se potenciaron como grupo y eso está aún ahí, pese a que ya ellos ya presentían que no iban a seguir juntos. Incluso Harrison renuncia al grupo, cansado que sus aportes no sean valorados y en un punto dado se va, lo que lleva a que todos reflexionen y logren convencerlo de volver. También junto a ellos está siempre presente la figura impecable del productor George Martin, un hombre que ellos no solo admiraban, sino que además evidentemente respetaban. Y acá veremos la incorporación de “el quinto Beatle”, el pianista texano Billy Preston, cuya presencia, buen ánimo y talento lograron calmar las tensiones del grupo. Sus aportes (no solo musicales) fueron definitivos.

The Beatles: Get Back (2021)

En este momento de sus vidas, sus compañeras también jugaron un papel importante. Yoko Ono está permanentemente al lado de John Lennon, la mayoría de las ocasiones en completo silencio. Su presencia no es objeto de crítica alguna, es respetada por todos. Está ahí y punto. Así como cuando ocasionalmente aparece la fotógrafa Linda Eastman, que va a casarse en un par de meses con Paul McCartney, o más esporádicamente Maureen “Mo” Starkey , la esposa de Ringo Starr o Pattie Boyd, la esposa de George Harrison. Hay para ellas siempre espacio, afecto, camaradería. Son las que sostienen en pie, a punta de amor, a cada uno. Si Yoko Ono provocó la crisis final, acá no se refleja eso.

The Beatles: Get Back (2021)

Lo que sí se ve es el miedo que tienen a enfrentarse de nuevo como grupo a un público. Por eso la indecisión que sienten frente al sitio donde se supone harán los conciertos en vivo, las propuestas alocadas que escuchan (unas ruinas frente al mar en la costa africana, un crucero, un orfanato), la lentitud del proceso de las canciones nuevas, el cambio constante de planes, la poca importancia que dan a no cumplirse a sí mismos con las fechas programadas. Elvis Costello relata que una vez iba a acompañar a Paul McCartney en un concierto en 1999 a cantar All My Loving, pero que “en el instante en que Paul cantó las primeras líneas, la reacción de la multitud fue tan intensa que casi ahogó la canción. Fue muy emocionante, pero también desconcertante. Quizás entendí en ese momento una de las razones por las que los Beatles tuvieron que dejar de tocar en vivo. Las canciones ya no eran suyas. Pertenecían a todos” (1). Quizá desde treinta años antes ellos ya sentían eso.

The Beatles: Get Back (2021)

El concierto en el techo de Apple se antojaba una salida oportuna: era algo espontaneo, inesperado, gratuito, ilegal. Tendrían un público limitado, pero una resonancia mediática enorme. Si los detenían por ello, mejor aún. Las fotos y los pocos clips que hay disponibles de ese momento son icónicas, pero ahora tenemos el registro completo, sentimos el frío que estaba haciendo allá arriba, ya sabemos porque el repertorio fue tan limitado y porque repitieron canciones. Sabremos del público que los vio en los tejados vecinos, veremos las reacciones a nivel de la calle, sentiremos la impotencia de la joven pareja de policías que intenta detener lo incontenible. Estamos ahí, en ese instante que fue un nuevo inicio y una despedida. Hay euforia en sus rostros y en sus gestos, hay alegría en sus voces. No parecen estar tocando el réquiem de su carrera juntos.

The Beatles: Get Back (2021)

Todo esto está ahora frente a nuestros ojos, ya no en copias piratas de Let It Be sin restaurar, sino como The Beatles se lo merece. Una cosa fue lo que Michael Lindsay-Hogg hizo con lo que sus operadores de cámara rodaron, presionado por el productor Allen Klein para convertir todo eso en un filme. Otra muy diferente es lo que la sensibilidad de fanático del grupo que demostró Peter Jackson a la hora de rescatar este material fílmico, hacer un montaje juicioso y ofrecérnoslo. La palabra que se me ocurre es respeto. Él supo respetar y valorar lo que ahí encontró. Sabía que era un tesoro y como tal lo trató. La palabra que se me ocurre decirle es gracias.

Citas y referencias:
1. Elvis Costello, “100 Greatest Beatles Songs”, Rolling Stone Magazine, Abril 10,2020, sitio web: www.rollingstone.com
Disponible online en:
https://www.rollingstone.com/music/music-lists/100-greatest-beatles-songs-154008/hello-goodbye-159615/

©Todos los textos de www.tiempodecine.co son de la autoría de Juan Carlos González A. – Instagram: @tiempodecine

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