Escarbando entre las ruinas: Loveless, de Andrey Zvyagintsev

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Hay en este filme del director ruso Andrey Zvyagintsev una larga secuencia en un edificio abandonado, probablemente un hotel, un sitio de lujo, pero que ahora está completamente en ruinas. A él llegan unos rescatistas buscando un ser vivo, un corazón que quizá late escondido entre aquella desolación. Pero nada encuentran. Ese edificio es una metáfora, esa edificación simboliza a la familia de Boris y Zhenya, ahora convertida en escombros. Fueron una pareja joven que se unió a la fuerza por un embarazo no deseado, pero tras años de soportarse, ya su relación se llenó de grietas irrecuperables. Tanto que ni siquiera Alexei, su hijo de doce años, puede servir de soporte a esa estructura familiar severamente colapsada. Las discusiones que hemos de presenciar abochornados dan cuenta de eso.

Cuando el filme empieza parece que esta es la historia de ese niño solitario y confundido, y que sus padres ocupan un lugar secundario en el relato. Pero no es así. Esta en realidad es la historia de sus padres, de lo que van a hacer con sus vidas ahora que ya no son una familia. Si bien el detonante fue un acto imperdonable por parte de Boris, ya la hermosa Zhenya (Maryana Spivak) tiene a alguien más en su vida, como si ese plan B estuviera listo hace años. Pero en los planes de ninguno de los dos cabe Alexei. Y él lo sabe: decide entonces convertirse en una ausencia.

Loveless (Nelyubov, 2017)

En La aventura (L’avventura, 1960), de Michelangelo Antonioni, una mujer -Anna- también se convierte en un inexplicable vacío, para que los otros dos protagonistas de ese relato se asomaran a su propio vacío existencial. En Loveless (Nelyubov, 2017) los dos protagonistas se enfrentan a una situación similar como si ellos mismos, con su displicencia y egoísmo, hubieran hecho desaparecer a su propio hijo, como si al excluirlo de sus proyectos, sencillamente lo hubieran anulado. Así pues lo importante no es la búsqueda (si vieron La aventura sabrán que va a ocurrir acá) sino la reflexión o la falta de ella que esa ausencia genera. ¿Los une como pareja? ¿Los acaba de separar? ¿Se han quitado un estorbo de encima? ¿La consciencia los dejará en paz? ¿O sencillamente nada pasará?

Loveless (Nelyubov, 2017)

Estos son los probables caminos de un relato que tiene apariencia de thriller, pero que Andrey Zvyagintsev –que en 2014 obtuvo en Cannes el premio al mejor guion por Leviathan– sabe manejar con gran calado dramático. Esta es la autopsia de una familia y ese procedimiento no es exactamente un acto alegre.

¿Y el epílogo de esta historia? Que esperaban, ¿acaso que la novedad durara para siempre? Todo lo humano se asienta, todo lo humano se extingue. Queda el vacío, el viento, la nada.

©Todos los textos de www.tiempodecine.co son de la autoría de Juan Carlos González A.

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